sábado, 31 de enero de 2009
Siembre una acción
Haga acopio de toda su fuerza de voluntad y con una férrea disciplina propóngase lograr el nuevo hábito durante las tres próximas semanas. Al final de cada jornada evalúe sus días buenos; felicítese por ellos y por los días malos. Aprenda y renueve su convicción.
Si logra perseverar en la acción, al poco tiempo ésta se convertirá en costumbre, y las costumbres crean hábitos, y los hábitos forjan el carácter y el carácter nos da por resultado una vida nueva.
Recuerde que el peor pecado del ser humano es el pecado de omisión: “Lo pude haber hecho, pero no lo intenté”. Como mencionaba el maestro Agustín Yáñez: “Ésas son reflexiones para después de la muerte”. Ahora es el tiempo, el cambio para ser mejores es el reto.
Debemos preguntarnos con toda honestidad: ¿Ya llegué a mi límite? ¿He desarrollado ya todo mi potencial? ¿Puedo crecer más en la vida?
Creo sinceramente que podemos ser mucho mejores de lo que somos ahora, y la vida es demasiado corta para ser pequeña. Desafíese a sí mismo.
Lo importante no es hacerlo bien enseguida, sino ponerse en marcha y no detenerse hasta cruzar la meta. No se dé nunca por vencido. La victoria solamente la merecen los excelentes.
Si logra perseverar en la acción, al poco tiempo ésta se convertirá en costumbre, y las costumbres crean hábitos, y los hábitos forjan el carácter y el carácter nos da por resultado una vida nueva.
Recuerde que el peor pecado del ser humano es el pecado de omisión: “Lo pude haber hecho, pero no lo intenté”. Como mencionaba el maestro Agustín Yáñez: “Ésas son reflexiones para después de la muerte”. Ahora es el tiempo, el cambio para ser mejores es el reto.
Debemos preguntarnos con toda honestidad: ¿Ya llegué a mi límite? ¿He desarrollado ya todo mi potencial? ¿Puedo crecer más en la vida?
Creo sinceramente que podemos ser mucho mejores de lo que somos ahora, y la vida es demasiado corta para ser pequeña. Desafíese a sí mismo.
Lo importante no es hacerlo bien enseguida, sino ponerse en marcha y no detenerse hasta cruzar la meta. No se dé nunca por vencido. La victoria solamente la merecen los excelentes.
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